Fue la sede principal de los monarcas polacos durante 200 años y hoy en día es la joya de las residencias reales en la ciudad. Conocer su historia te ayudará a disfrutar mejor de la visita.
LA SEDE DE LOS PRINCIPES DE MASOVIA
La contrucción del primer edificio de piedra y ladrillo en el lugar del actual castillo empezó en la primera mitad del siglo XIV y aún se conservan sus cimientos originales. Hasta el año 1526 residían aquí los príncipes de Masovia. Después de la muerte sin descendencia del último príncipe, Masovia fue incorporada en el Reino de Polonia como su parte integral. Sin embargo, los reyes polacos seguían residiendo en Cracovia, mientras que el Castillo de Varsovia era solo uno de los sitios reales en todo el país. Aquí vivían temporalmente algunos miembros de la familia real. El papel del edificio empezó a crecer en 1569, cuando Polonia se unió con Lituania, y el Castillo se convirtió en la sede de la Dieta General compuesta tanto por la nobleza polaca, como la lituana.
EL TRASLADO DE LA CAPITAL POLACA
El momento clave tanto para Varsovia, como para el Castillo fue la decisión del rey Segismundo III Vasa de trasladarse de Cracovia aquí en 1596. Entonces se efectuó una ampliación del edificio que le dió un aspecto parecido al de hoy en día: castillo pentagonal con un patio central. Los monarcas polacos empezaron a residir de forma permanente aquí. El último rey polaco, Estanislao Augusto Poniatowski, tuvo que abdicar en 1795 cuando Polonia fue repartida entre Rusia, Prusia y Austria y desapareció del mapa para los siguientes 123 años. Las particiones pusieron fin a la monarquía polaca, nunca reestablecida.
SIGLO XIX Y XX
En el siglo XIX, el Castillo estaba en las manos de los ocupantes y de los gobernadores del zar ruso. Unos años después de la recuperación de la independencia en 1918 empezaron a vivir en él los presidentes polacos. No vivieron aquí durante mucho tiempo, ya que pronto estalló la Segunda Guerra Mundial. Varsovia fue ocupada por los nazis. El 17 de septiembre de 1939 el mismo Hitler dio la orden de destruir el Castillo. Las bombas causaron un incendio. Los trabajadores del Castillo, arriesgando sus vidas, sacaban las obras de arte de entre las llamas. Gracias a su sacrificio el 80% fueron salvadas y hoy en día se pueden ver en el Castillo.
La destrucción total del edificio tuvo lugar durante el Levantamiento de Varsovia en septiembre de 1944. Los nazis con sus cargas explosivas no dejaron ni una sola pared entera.
EL CASTILLO MÁS NUEVO DE EUROPA
En la posguerra los polacos tenían muy clara la idea de querer recontruir su patrimonio nacional. Por otro lado, los comunistas que gobernaban en el país no deseaban tener este símbolo del viejo sistema en el corazón de la capital polaca. Cambiaron de opinión muy tarde: en los años 70. dieron el perimiso para la reconstrucción. Un pequeño detalle era que a la vez no ofrecieron ningunos fondos para financiar las obras. Todo el dinero para la recontrucción tuvo que ser recolectado por los polacos.
En 1974 los muros estaban listos. Los interiores tardaron 10 años más. En 1984 el Castillo fue abierto para el público y sigue abierto hasta hoy en día. Es un museo que se puede visitar todos los días de 10.00 a 18.00, excepto los viernes cuando cierra a las 20.00. Entre septiembre y abril el Castillo está cerrado los lunes. Cada miércoles y cada año durante todo el mes de noviembre la entrada es gratuita. En los demás días el billete cuesta 30zl (20zl para los niñs y estudiantes) + 18zł la audioguía en español.
QUÉ SE VE DENTRO
La visita en el museo empieza con un explicación interactiva acerca de la impctante historia del edificio. Luego puedes visitar varios cuartos: desde los sótanos hasta las habitaciones de la realeza y cuartos de las asambleas. El Castillo está lleno de obras de arte, preciosos tapetes y viejos muebles de los monarcas. Lo que hace mucho más interesante la visita es el hecho de que la mayoría de los objetos fue rescatada heroicamente durante el bombardeo en el primer mes de la guerra.
Presta atención a los cuadros de Canaletto, que pintaba la ciudad en el siglo XVIII. Verás que sus pinturas parecen fotografías. Por eso mismo fueron utilizadas para reconstruir la ciudad.
Ten en cuenta que estás en un lugar histórico para Europa: dentro del Castillo fue procalamada la primera constitución europea, la polaca de 1791.
Ve las 86 águilas bordadas en el trono del último monarca polaco, Estanislao Augusto Poniatowski
¡Disfruta de tu visita!
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